Cuántas veces no ha oído uno la cita de este o aquel filósofo en los doctos escritos de nuestros intelectuales, de esas que lo dejan a uno desarmado preguntándose: y a todo esto qué sé yo de uno o del otro y, peor aún, cuándo he hecho el menor esfuerzo por superar tan vergonzosa deficiencia, y la próxima vez que acudimos a una librería hurgamos tímidamente en los estantes por “algo” de Kant o de Spinoza o de Descartes, si no, en plan ya verdaderamente infantil, por “otro tanto” de Sócrates, Platón o Aristóteles. Pues bien, casualmente me enteré del libro de Jaime Labastida El Edificio de la razón. El sujeto Científico por una entrevista que le hicieran al autor en la sección cultural de El Financiero. ¡Qué maravilloso hallazgo! El libro lo leí de un tirón y por él supe bastante más no únicamente de ellos sino, además, de Heráclito, Parménides, Bacon, Leibniz, Berkeley, Hume, Hegel, Comte; de científicos “duros” como Galileo, Newton, Humboldt, Darwin, Heisenberg, y de científicos social...