Entradas

Mostrando entradas de 2025

Aterradora experiencia decembrina

Imagen
A principios de diciembre de 1983 fui enviado por IBM de México durante tres meses a Alemania, concretamente a Böblingen, cerca de Stuttgart, para desarrollar un proyecto en software de telecomunicaciones en el Centro Internacional de Soporte Técnico (ITSC, por sus siglas en inglés) ubicado en dicha ciudad. Como el idioma oficial del centro era el inglés, no era necesario dominar la lengua alemana. Sin embargo, como se tenía que sobrevivir durante tanto tiempo fuera del ambiente de oficina, más le valía a uno darse a entender como fuera para no pasar vergüenzas ni morir de hambre. Tal fue mi caso, que todas las noches (porque en esas regiones anochece a las 5-6 de la tarde en esa época y durante uno de los inviernos más crudos de que se tenga noticia en décadas pasadas), al salir de la chamba, acostumbraba parar en el súper que se encontraba justo a un lado del hostal donde me hospedaba y comprar algo para la cena, que generalmente se reducía a algo de pan, latería y embutidos, sie...

El colmo

Imagen
Todos estos años de derechohabiente utilizando los servicios del IMSS me han permitido darme cuenta de las miserias de nuestro sistema de salud. Para no ir más lejos, esta mañana tenía yo cita de revisión con el proctólogo que me prescribió la colonoscopía de la que hablé la vez pasada, cita programada desde hace más de dos meses para hoy, 16 de diciembre, en la mañana. Me levanté a las 6 para estar ahí lo más temprano posible y, llegada la hora, relatarle al médico tratante la experiencia vivida el día de la guadalupana. Me apersoné en la clínica a las 8:30 de la mañana para la cita de las 9:30, entregué mi cartilla, carnet o tarjeta (como le llaman ellos) de salud a la asistente, que no me informó de ninguna eventualidad, y me dispuse a esperar. Finalmente, a las 10:30, tras dos horas de espera, me llamó dicha asistente para informarme que el médico de marras no vendría, pues “estaba de incapacidad”, y anotó en un papelito el teléfono y la extensión a la que debía yo llamar el 5 de...

Me intervinieron sin anestesia en el IMSS

Imagen
El IMSS, una vez más. El viernes 3 de octubre, a raíz del sangrado en evacuaciones que le reporté al urólogo del Seguro, producto de la radioterapia que me practicaron hace dos años, me envió al proctólogo, que me dio cita para el martes 14 del mismo mes. Ese día, tras la molesta revisión de trámite, me prescribió una colonoscopía que me programaron para dos meses después, el viernes 12 de diciembre a las 13:30 horas, y me indicaron que debería presentarme con media hora de anticipación. Fanático del tiempo como soy, ese día me presenté en endoscopía, junto con Elena -pues debía de ir acompañado-, a las 12:20, donde me indicaron, después de recibir mis documentos, que volviera poco antes de las 2, ya que era cambio de turno y el personal llegaba cinco o diez minutos después de esa hora. Regresamos poco antes de las 2, y a dormir el sueño de los justos, junto con otros cinco pacientes, en una antesala de reducidas dimensiones, adonde nos pasaron después de proporcionarnos la consabi...

Cuba es el infierno, Miami el purgatorio

Imagen
Termino el año con una relectura, Los Buddenbrook , de Thomas Mann, y dos lecturas nuevas, Tres lindas cubanas , de Gonzalo Celorio, Premio Cervantes de Literatura 2025, y Antes que anochezca , de Reinaldo Arenas, intelectual, disidente y homosexual cubano, combinación explosiva que ni mandada a hacer para merecer la persecución implacable de ese engendro repulsivo llamado en vida Fidel Castro Ruz. Los Buddenbrook ya la he elogiado lo suficiente en estos escritos como para insistir más en ello, únicamente diré que la considero una de las más grandes obras de la literatura universal, escrita a los tan sólo ¡veinticinco años de edad! de su autor, que vierte en ella su profundo conocimiento del alma humana y de la filosofía de Schopenhauer, y que le pavimentó el camino para hacerse merecedor del Nobel de Literatura. Me vi compelido a devorar la segunda, Tres lindas cubanas , por el otorgamiento del Premio Cervantes a Celorio, de madre cubana, y que versa precisamente sobre la saga fa...

Hugo Sánchez y Fernando Valenzuela

Imagen
Ayer que presencié el sorteo del Mundial de futbol 2026 confirmé mi opinión de que Hugo Sánchez, junto con Fernando Valenzuela, son los dos más grandes deportistas mexicanos de todos los tiempos, pues de las escasas personalidades deportivas que fueron entrevistadas durante la transmisión, fue Hugo con la que más se entretuvo el presentador y a la que más preguntas le planteó, lo que indudablemente demuestra la dimensión internacional del divo, y le llamo así porque para muchos es eso lo que demuestra con su compleja personalidad. Sin embargo, yo me quedo con la faceta más humana que le conocí hace exactamente treinta años, en diciembre de 1995, en el restaurante argentino Cambalache de Arquímedes, en Polanco, donde el futbolista departía con su esposa Isabel y con sus dos pequeños hijos, y no obstante lo molesto que debe ser para él que continuamente se le acerque la gente, y más en circunstancias tan íntimas, accedió a tomarse numerosas fotografías con nosotros, Elena y las entonces ...

Cómo me volví un adicto

Imagen
A finales de la década de los 50, mi madre y mis tías solían reunirse todas las tardes en la casa de la más querida por todos, Elena, la tía Aña, así llamada cariñosamente por sus seis sobrinos. Creo que desde entonces me viene el amor por ese nombre, Elena. Y ahí, en Alejandría 48, colonia Clavería, en el mítico D.F., cuando ya pardeaba el día, disponían unas sillas enanas rodeando un anafre incandescente por los carbones al rojo vivo que lo alimentaban, y sobre el que colocaban un enorme sartén repleto de granos de café puro que removían continuamente con un cucharón mientras mantenían el fuego del anafre con un soplador de palma. Todo un rito. Cuando el café así dispuesto quedaba perfectamente tostado, lo vaciaban en una bolsa de papel una vez que se hubo oreado, y córrele los primos a la cafetería Corona ubicada a la vuelta de la esquina para que nos molieran el café recién tatemado. Los aromas que desprendía aquella bolsa con el grano ya molido provocaban un éxtasis. Y de re...

Voluntad anticipada

Imagen
La novela Matar a un ruiseñor , de Harper Lee, narra, entre otras cosas, la historia de dos hermanitos: una niña, Jean Lousie, de 7-8 años de edad, por todos conocida como Scout, y su hermano mayor, Jem, de 11-12, hijos, ambos, del abogado viudo Atticus Finch. Es curioso que los niños llamen a su padre por su nombre, Atticus, en vez de padre,   papá, papito o simplemente pa. La novela es narrada en primera persona por la pequeña Scout. En un momento dado, Scout se inquieta sobre lo que hace realmente su padre, pues ella únicamente lo ve por las tardes-noches leyendo sus periódicos, y durante el día, en su despacho fuera de casa, sabe que hace básicamente lo mismo: leer. Empieza a preguntarle a las vecinas qué hace su padre, a lo que una finalmente le responde, pues mira, no sé, redacta poderes notariales para fulanito, y… y… ¿por qué no le preguntas directamente a él? Ocultamente Scout como que comienza a avergonzarse de que su padre no haga nada. Por el mismo tiempo, Atticus l...

Agonías absurdas e inaceptables

Imagen
Los tres miembros de mi familia directa que han muerto (madre, padre y hermano mayor) lo han hecho tras agonías desgarradoras de años. Rescato este escrito de hace más de un lustro. La fútil existencia El lunes 13 de mayo de 1974 se suicidó de un disparo en la cabeza el político, diplomático, escritor, poeta e intelectual mexicano de primer orden Jaime Torres Bodet, a los 72 años de edad. Recuerdo que al día siguiente la prensa informaba profusamente sobre tan penoso acontecimiento, señalando que debido al cáncer que don Jaime padecía había tomado tan fatal determinación. Lo que guardé por siempre en mi memoria fue la dramática y poética línea del mensaje póstumo que el escritor dejó y el periódico que leí reproducía, donde Torres Bodet afirmaba: “Ha llegado el momento en que a fuerza de dolor no puedo seguir fingiendo que vivo”. Esta frase vuelve de vez en vez a mi cabeza y fue el caso hace unos meses, pero nunca me había dado a la tarea de buscarla, cosa que en esta ocasión inten...

¡Gracias!

Imagen
Ante la imposibilidad de hacerlo personalmente, quiero manifestar mi más sincero agradecimiento a todos aquellos que me expresaron sus condolencias por el sensible fallecimiento de mi hermano Nicolás, Coco , pues es muy reconfortante sentirse arropado por tantos. Alguna vez, en el patio de la Universidad La Salle de la Ciudad de México, se interpuso en mi camino el anquilosado maestro de biología, López Blando, que habíamos tenido en común Coco y yo con un par de años de diferencia, y me espetó a la cara sin más, pero con un rencor inexplicable y manifiesto: - Oiga, Gutiérrez, su hermano es mucho mejor que usted. - Ya lo sé, no enseña usted nada nuevo -le riposté con sarcasmo. En otra ocasión, el amigo de Coco, Rafael Conde Juaristi, que nos daba un aventón a la UNAM en su coche, me lanzó la siguiente pregunta: - Oye, Raúl, ¿qué se siente tener un hermano mejor que uno? - Pues mucho orgullo, Rafa, imagínate, si uno ya es bastante bueno, qué no se dirá de él. Malo para aquel...

Recién ocurrió

Imagen
Yo cursaba el primer grado de primaria en el edificio de enfrente, mientras que mi hermano hacía lo propio, pero en tercero, en el del otro lado de la calle. Así nos tenían dispuestos en aquel lejano 1957 en el Colegio Cristóbal Colón: los de primero y segundo por un lado, donde enseñaban puras “misses”, y por el otro los de tercero a sexto, donde prácticamente instruían puros hermanos lasallistas junto con uno que otro “civil”. Al final de la jornada, los chiquillos cruzábamos la calle para irnos a reunir con los grandulones al otro lado de Sadi Carnot, la calle donde se hallaba el colegio en la colonia San Rafael. Esto, para que ahí nos fueran a recoger nuestros padres o para esperar el servicio de los autobuses escolares que nos trasladarían a nuestras casas, como era nuestro caso. Mi hermano Coco, como llamábamos cariñosamente al carnal mayor Nicolás, religiosamente me iba a esperar todas las tardes al zaguán de su patio para encontrarse conmigo una vez que nos hubieran cruzado l...

Cuando de la adversidad surge la dulzura

Imagen
“ ... el servidor de los Once (magistrados encargados de la policía de las prisiones y de hacer ejecutar la sentencia de los jueces) entró casi en aquel momento y aproximándose a él, dijo: Sócrates, no tengo que dirigirte la misma reprensión que a los demás que han estado en tu caso. Desde que vengo a advertirles, por orden de los magistrados, que es preciso beber el veneno, se alborotan contra mí y me maldicen; pero respecto a ti, desde que estás aquí, siempre me has parecido el más firme, el más dulce y el mejor de cuantos han estado en prisión; y estoy bien seguro de que en este momento no estás enfadado conmigo y que sólo lo estarás con los que son la causa de tu desgracia, y a quienes tú conoces bien. Ahora, Sócrates, sabes lo que vengo a anunciarte; recibe mi saludo y trata de soportar con resignación lo que es inevitable. Dicho esto, volvió la espalda, y se retiró derramando lágrimas. Sócrates, mirándole, le dijo: Y también yo te saludo, amigo mío, y haré lo que me dices. Ved –n...

Aseguradoras abusivas

Imagen
Después de -literalmente- décadas de estar pagando el seguro de gastos médicos mayores de Elena sin haberlo “disfrutado” cabalmente, quisimos poner a prueba a GNP con un percance menor: la susodicha tropezó accidentalmente en la cocina y fue a dar contra el canto de una puerta. El dolor fue tan intenso que creyó haberse roto una costilla, sin embargo, dejó pasar algunos días hasta que, bajo tan intenso dolor, mejor acudió al hospital Siena, en el que no se carga ningún deducible por este tipo de accidentes, a que la revisaran y le tomaran una radiografía. Afortunadamente, sus temores fueron vanos y todo se está resolviendo con el consumo del medicamento prescrito. Total, entre una cosa y la otra, mil novecientos veintiún pesos con doce centavos. Pero, insisto, quisimos poner a prueba a GNP y su tan cacareado no-deducible en caso de accidente. Me comuniqué con mi agente de seguros, quien tan “sólo” me requirió lo siguiente (sic): 1. Identificación oficial (Ine, pasaporte) 2. Aviso...

Médica Sur, ¿calidez humana?

Imagen
En pasado día de muertos, “desenterré” la siguiente carta publicada íntegramente en Palabra de lector de la revista Proceso (número 858) el sábado 10 de abril de 1993. ¿Habrá avanzado en algo el humanitarismo en la procuración de salud de nuestras instituciones públicas y privadas en estos más de 32 años? Me aterra pensar que muy probablemente ha empeorado. Los mercaderes de la salud Señor director: Quiero denunciar ante usted los desmedidos afanes de lucro y otras irregularidades “menores” que tienen lugar en el hospital Médica Sur. El sábado 13 de marzo, mi madre, una señora mayor de más de 70 años de edad, se despertó sintiéndose muy mal y con dolores insoportables en la parte baja del vientre. Este parecía ser otro más de los innumerables y penosos padecimientos por ella sufridos a lo largo de los últimos 20 años de su vida: asma crónica, embolia cerebral, pérdida de un ojo por operación de cataratas mal practicada, fractura de cadera por una caída de las escaleras, múlti...

¡Me gané el premio mayor!

Imagen
En mayo de 2003 participé en una trivia de vinos que organizaba un periódico de la capital de la república con motivo del décimo aniversario de su aparición. El concurso estuvo abierto durante dos semanas y media y el ganador sería el que primero hubiera respondido acertadamente todas las preguntas de la trivia. El premio consistía en una visita para dos personas a los viñedos, bodegas y cavas de la compañía vitivinícola de Robert Giraud en Burdeos, Francia. Como yo, auxiliado por Internet, respondí el cuestionario el mismo día de su aparición antes de las doce del día, estaba seguro del triunfo. En efecto, cuando el 30 de junio mi nombre fue anunciado como el del ganador durante una cata en la enoteca Tierra de Vinos que el diario organizó para los veinte participantes que primero respondieron el test, ello no constituyó sinceramente ninguna sorpresa para mí, aunque sí un enorme gusto para mi esposa y un servidor. El viaje por Air France podría ser tomado por el ganador en la fecha ...

La vez que conminé a Colosio

Imagen
Parte de mi trayectoria final en IBM de México transcurrió en la Dirección de Relaciones Externas como Telecommunications Country Representative (TCR), encargado básicamente de las relaciones con los grandes corporativos empresariales y gubernamentales en materia de telecomunicaciones (SCT, Telmex, bancos). A la dirección llegaban frecuentemente invitaciones para participar en foros y reuniones de índole política, social y económica de interés general. Tal fue el caso cuando a finales de 1993 el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP) nos invitó a participar en una reunión con el candidato del PRI a la Presidencia de la República, Luis Donaldo Colosio Murrieta, en un exclusivo hotel de Polanco, desayuno incluido. El director me designó para que yo acudiera en representación de IBM. El salón donde se llevó a cabo la reunión estaba a reventar, no sólo de representantes empresariales, sino de los medios de comunicación que se dieron cita en el lugar para cubrir las ac...

Mi blog, un desastre

Imagen
Creé mi blog https://blograulgutierrezym.blogspot.com/ hace bastantes años para que sirviera de repositorio o almacén de todos estos escritos con los que intento distraer su atención, más que ilustrarlos -¡líbreme Dios!- en los diversos tópicos o asuntos que abordo en ellos. Por lo mismo, no se me había ocurrido, sino hasta hace poco, echarle un vistazo a las estadísticas que la plataforma me ofrece sin yo pedírselas. Fue así como me enteré que tengo cero seguidores, ni encontré en el sitio un lugar para que la gente se apunte para tal efecto; mi blog consta de 515 entradas, ya considerada ésta, y la inverosímil cantidad de únicamente 51 comentarios a lo largo de ¡más de tres lustros! Eso sí, 95,176 incautos han ingresado de una u otra forma a mi parcela, lo que de cualquier forma da un promedio diario notable a través de los siglos. Pero lo que definitivamente no tiene igual son los ingresos monetarios que he acumulado a lo largo de todo este tiempo: ¡116 pesos con 22 centavos!...