La
gloria o el mérito de ciertos hombres
consiste en escribir bien; el de otros consiste en no escribir.
Jean de la Bruyère, citado por Enrique Vila-Matas en Bartleby y compañía.
Enrique Vila-Matas ha escrito un libro, Bartleby y compañía, a propósito de grandes hombres que nunca escribieron, como Sócrates, o bien escribieron muy poco, como nuestro Juan Rulfo. El título de la obra nos recuerda al personaje del relato de Herman Melville, Bartleby, que siempre que era conminado por sus congéneres a ponerse en acción respondía invariablemente con un “Preferiría no hacerlo”, y así se la llevaba indefinidamente. Por ello, Vila-Matas pone en compañía de este espécimen a todos aquellos individuos que se negaron a escribir nada o no lo volvieron a hacer nunca después de algunos escarceos iniciales.
Don Enrique dice que Rulfo achacaba a la muerte de su tío Celerino su esterilidad posterior a Pedro Páramo y El llano en llamas, ya que el señor era un mentiroso empedernido que capturaba la embelesada atención del sobrino con sus relatos apócrifos. Dicho pariente era un borracho que se ganaba la vida ¡confirmando niños! Pero muerto el perro se acabó la rabia.
Lo anterior viene a cuento por la insistencia de la familia cercana, especialmente Caro y Elena, y algunas amistades entrañables para que escriba un libro. Háganme el favor, como si se tratara de enchílame otra. Digo, porque si nos vamos a embarcar en tal empresa, que sea con la mayor seriedad del mundo, lo cual me llevaría no menos de una década conseguirlo, para así poderme equiparar con los grandes autores aunque fuera tan sólo en eso. Y ya no me da el reloj. Así que “preferiría no hacerlo”. Mis seres queridos insisten en que emprenda esto como proyecto de vida y terapia antidepresiva, a lo que yo, imperturbable, les reitero: “preferiría no hacerlo”.
Lo más a lo que podría aspirar es a poner juntos el casi medio millar de imbéciles retazos que he “balbuceado” a lo largo de dieciséis años para por lo menos ofrecer un somnífero efectivo para el par de potenciales e incautos lectores que se atrevieran a adquirir Mis sobras completas; sin aspirar a Nobel alguno, por supuesto.
Por lo demás, el libro de Enrique Vila-Matas es muy entretenido y didáctico en este sentido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario