Con la discusión bizantina que se traen
en la Corte sobre la constitucionalidad de la Constitución (prisión preventiva
oficiosa -PPO- contra derechos humanos), me puse yo a pensar en la prisión
definitiva justificada, y no sé por qué se me vino a la cabeza la Línea 12 del
metro.
El lunes 3 de mayo de 2021 se colapsó la Línea 12 del metro de la Ciudad de México provocando la muerte de 26 personas y lesionando a otras 98, y fuera de algún chivo expiatorio menor, los cuatro principales responsables de la tragedia, conocidos por todos, no sólo no están en prisión definitiva justificada, sino que gozan de absoluta libertad política, económica y social. Me refiero a los criminales (cómo me gustaría llamarlos confesos) Marcelo Ebrard Casaubón, Carlos Slim Helú, Miguel Ángel Mancera Espinosa y Claudia Sheinbaum Pardo, citados en estricto orden de aparición: los dos primeros por la construcción y los dos últimos por el mantenimiento.
Pobre país este que en vez de estar luchando denodadamente por mandar a chirona a estos bribones, preferimos perderlo en discutir si un artículo de la constitución es inconstitucional. Era obvio el desenlace y que se votara en contra de eliminar la PPO, pues como bien dijera alguno de los ministros de la Suprema Corte: no están ellos para arrancar hojas de la Carta Magna. En vez de promover en el Congreso una iniciativa de reforma a la Constitución para eliminar la aberración de mantener por 10, 12, 13, 17, 20 años en prisión “preventiva” oficiosa a 90 mil infelices (la gran mayoría de ellos, obviamente, pobres, y casi la mitad mujeres), optamos por cobijar a aquéllos, auténticos delincuentes, con inmerecidísimos privilegios: Ebrard, canciller de la República y precandidato de Morena a candidato de ese partido a la Presidencia de México; Slim, el hombre más rico del país y uno de los más ricos del mundo, además de hombre cercano a nuestro Gran Líder y miembro de su cercano consejo asesor; Mancera, senador de la República por el PRD, y, finalmente, la inefable Sheinbaum, “favorita del profesor” y Jefa de Gobierno de la Ciudad de México; increíble, la próxima Presidenta de México decidió descalificar el estudio de una prestigiada consultora noruega -contratada por ella misma- cuando determinó que parte de la desgracia de la Línea 12 del metro había sido la falta de mantenimiento, mantenimiento del que ella era la principal responsable, junto con el inútil de Mancera. Mientras la compañía noruega culpó a los tres arriba mencionados, perfecto, pero cuando se metieron con ella por su evidente culpabilidad, hasta amenazó con demandarlos. Por lo demás, todos ellos cuentan con fuero constitucional, excepto Slim, cuyo fuero es político y económico.
De verdad, ante la tragedia de la prisión preventiva oficiosa para los pobres y necesitados, dan auténticas ganas de llorar y de canjearlos a todos ellos por estos cuatro desgraciados, a los que López Obrador defiende, a diferencia de los damnificados del “incidente” (Sheinbaum dixit), a los que el Presidente mandó al carajo, literal.
Y pensar que esta es una microscópica muestra de la enorme podredumbre moral de nuestro querido México.
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