En mi anterior artículo omití decir que
para levantar mi denuncia contra López Obrador, después de desechar a la Fiscalía
Especializada en Delitos Electorales (FEDE) por poco confiable, primero acudí
al INE, pero al darme cuenta de que este no es un organismo jurisdiccional, regresé
a la fiscalía, y eso fue lo que relaté en dicho artículo.
Sin embargo, anoche, 13 de mayo a las 20:27, me contactaron del INE solicitando documentos, dichos y pruebas para que me apersonara en la junta distrital o local del INE más próxima a mi domicilio. Para no hacerlo, aduje mi edad y la emergencia sanitaria por la que estamos atravesando. No obstante, les envié por Internet todo lo que solicitaban: identificación personal, escrito con la denuncia (con nombre, firma autógrafa, teléfonos y dirección para recibir notificaciones) y enlace de youtube con la celebérrima mañanera de AMLO del martes 11 de mayo de 2021. Esto lo hice recién a las 10:47 de hoy, viernes 14.
Pues bien, a las 16:46, ya tenía yo respuesta de la maestra Cintia Campos Garmendia, Directora de Procedimientos Especiales Sancionadores, de la Unidad Técnica de lo Contencioso Electoral, parte de lo que Obrador se solaza en llamar burocracia dorada (170,723 pesos de percepción mensual bruta, según pública información). Cinco farragosas cuartillas a renglón seguido, que le han de haber tomado las seis escasas horas que se tardó en enviármelas, únicamente para esquivar el bulto: al tratarse de un problema local de las próximas elecciones en Nuevo León, lo debe de resolver la autoridad electoral local, pero no era ese mi alegato, sino la violación de la veda electoral por parte del Presidente, y lo de Nuevo León era solo un ejemplo de cómo este estaba interviniendo ilegalmente en las elecciones, además, aceptado por él mismo en la referida mañanera (confesión de parte, delincuente confeso y relevo de pruebas). No les adjunto las cinco cuartillas aburridoras para no dormirlos, aunque sí se las enviaría a cualquiera de los periodistas a quienes esto copio (Sergio Aguayo, Macario Schettino, Enrique Quintana, Sergio Sarmiento, entre otros) y así lo requiriera, para que él juzgara.
Lo único que le respondí a esta señora (con copia a su jefe Lorenzo Córdova -que ya me dio acuse de recibo- 262,634 pesos brutos mensuales, según el mismo público tabulador) fue: ¡Qué barbaridad, Cintia, se fue usted de plano por la tangente!, por no decirlo en términos coloquiales mucho más groseros. El señor López está violando flagrantemente la ley, pasándose la veda electoral por el arco del triunfo, olvídese de las circunstancias y vea el bosque, no los árboles. Bien lo decía Zedillo: a México únicamente le faltan tres cosas para acabar de tajo con todos sus problemas: 1. Estado de derecho, 2. Estado de derecho, y 3. pero no menos importante, Estado de derecho.
Sigan ustedes solapando al autócrata, ahí la llevan.
El dicho grosero que no me atreví a decirle es que se había hecho fuera de la bacinica.
Como verán, mi única esperanza es la resolución favorable de la FEDE -de donde, por cierto, también hoy en la mañana llamaron para saber cómo me habían tratado. Les dije que no tenía queja, que me habían asignado un hermoso número de folio-. Ni la burla perdono.
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