jueves, 31 de agosto de 2023

Plataforma Nacional de Opacidad

Desde 2005, casi con la entrada en operación del IFAI -hoy INAI-, me volví un usuario consuetudinario de su sistema de solicitudes de información (Sisi, luego Infomex), y así seguí hasta 2016, año en el que la “novedad” se me había pasado y después de obtener mediante su intermediación decenas de repuestas a solicitudes de información personal y pública. Una maravilla. Todo esto bajo los regímenes prianistas de Fox, Calderón y Peña Nieto.

Desgraciadamente, a raíz de un asunto federal y otros locales de orden electoral y de justicia, hoy que vuelvo a requerir de sus servicios mediante la rimbombante Plataforma Nacional de “Transparencia” (PNT), me he topado con pared, pues al solicitar su intervención para obtener de parte de Presidencia de la República el monto de los ingresos reales del llorón de López Obrador, fui ignorado olímpicamente, pues ni siquiera solicitaron la ampliación de plazo para responderme (¡de 20 a 30 días hábiles!). Simplemente me ignoraron, violando toda normatividad al respecto. Qué extraño, ¿verdad? No les vayamos a salir con eso de que la ley es la ley.

Pero ya recurrí su falta en los siguientes términos para que se convierta en un recurso de revisión, a ver si en dos o tres meses me responden: “Se cumplió la fecha límite y no se me ha notificado absolutamente nada, mucho menos la información solicitada. Insisto: requiero saber las percepciones totales brutas y netas del Presidente de la República considerando no únicamente su salario, sino todas, absolutamente todas, las prebendas inherentes al cargo, como vivienda, vestido, alimentación, gastos médicos, viajes, colegiaturas del hijo menor de edad Jesús Ernesto, así como gastos en general de este y de la esposa/madre Beatriz Gutiérrez Müeller. En resumidas cuentas cuál es el paquete anual de ingresos de Andrés Manuel López Obrador, o monto del presupuesto de Presidencia que es dedicado a estos menesteres. La información debe de existir, háganmela llegar a la brevedad. La oficina presidencial está violando la norma con esta dilación. La ley es la ley, por más que el Ejecutivo afirme lo contrario.”

Los otros tres asuntos son de orden local: dos contra la “gobernadora electa” de Guanajuato, Libia Dennise García Muñoz Ledo, por cuestiones preelectorales, y otro contra la Fiscalía General de Justicia del estado por un crimen abominable cometido hace más de un año y del que nada se ha informado. Las odiosas respuestas de las correspondientes oficinas son las de cajón, de librito, para evadir toda responsabilidad:

“Esta Secretaría hace de su conocimiento que después de realizar una exhaustiva búsqueda en la información en poder de esta Dependencia, no se encontró registro alguno relacionado con gastos del evento del Día del Comerciante en el Parque Bicentenario el día 5 de julio.”, me responde doña Libia desde la Secretaría de Desarrollo Social y Humano, que encabeza.

Y un choro mareador similar del Fiscal sobre un crimen espeluznante cometido hace más de un año y del que los guanajuatenses estamos ayunos de información.

Pero ya recurrí ambos casos y los dos se convirtieron en recursos de revisión, que esperamos se resuelvan favorablemente en los próximos meses. El otro asunto preelectoral relacionado con Libia lo acabo apenas de subir a la Plataforma hace unos días y espero respuesta el lunes 4 de septiembre, que muy seguramente será en los términos de su respuesta anterior, pero ya lo estaremos recurriendo, me canso ganso.

¿Plataforma Nacional de Transparencia? Por favor, insufrible sistema de flagrante opacidad.

sábado, 19 de agosto de 2023

Cuadratura del 8

Comentamos con anterioridad que la cuadratura del círculo no es posible, es decir, no es posible construir un cuadrado de área π, por lo que estrictamente estamos hablando de la cuadratura de π, pero lo que ha prevalecido en el habla popular -ignorante de su origen- es la cuadratura del círculo, con lo que queremos referirnos a un problema de difícil -si no es que imposible- solución (http://blograulgutierrezym.blogspot.com/2023/08/como-descubri.html).

Yo iría un paso más adelante, pues pareciera que ni siquiera es posible la cuadratura de 8, y si no, a ver, díganme cómo construiríamos un cuadrado de área 8, esto es, uno que tenga longitud Ö8 por lado.

Bueeeno, pues podríamos intentar construyendo un cuadrado mayor de área 16, o sea, de longitud 4 cada uno de sus lados (ver figura) y dividirlo en cuatro cuadrantes de área 4 cada cual, para, acto seguido, trazar una diagonal en cada uno de ellos. Obviamente, cada uno de los dos triángulos rectángulos resultantes por cuadrante tendría área 2, peeero, lo más importante, el cuadrado menor inscrito en el mayor tendría, claramente, ¡área 8!

4

                                                                                Ö8

¡Qué hermosa manera tenía Sócrates de instruir a sus discípulos sobre peliagudos problemas matemáticos en los que ellos solitos llegaban a la solución y, más importante aún, como pretexto para instruirlos sobre problemas morales más profundos (http://blograulgutierrezym.blogspot.com/2016/10/todos-somos-genios-pocos-son-virtuosos.html)!

¡Qué belleza, caray!

viernes, 18 de agosto de 2023

Soy un escritor frustrado

Llevo más de tres lustros escribiendo estas tonterías. Empecé enviándolas al periódico local, que algunas veces las publicaba, hasta que me volví un colaborador habitual suyo, defenestrado unos años después por atreverse a “insultar” a un funcionario federal de medio pelo del régimen de López Obrador, leonés él y eterno aspirante a la gubernatura del estado por el partido oficial. No por ello dejé de escribir, pues seguí haciéndolo para mí mismo y algunos de mis cercanos, poquitos, que se incrementaron con el paso de los años a más de una centena, que incluye corresponsales de toda índole, no únicamente amigos. Alguno de plano me solicitó que no lo molestara más con mis inanes envíos y lo di de baja, y otro par de “amigos”, que manifestó abiertamente su desprecio por mi desinteresado esfuerzo, corrió la misma suerte. Digo, para qué perturbar a alguien que en realidad no te “traga”. Y quién sabe cuántos más no habrá en la centena y pico que aún conservo. Mejor no me lo digan, prefiero que sigan amistosamente ignorándome.

Pero nada le hace, pues escribir, aunque sea estupideces, representa una catarsis -f. Purificación, liberación o transformación interior suscitadas por una experiencia vital profunda (RAE)-, como lo podrá confirmar cualquiera que ejerza la actividad, aun si sólo lo hace lúdicamente, como yo.

Hay sin embargo otras personas, muy monas, que me conminan a que escriba un libro. Pero sobre qué carajos, me pregunto yo, para de inmediato caer en la tentación de que pudiera ser con los retazos -trozos, no retos- que he acumulado a lo largo de lustros.

Ya hasta título tengo para la potencial obra: Mis sobras completas, que seguro alcanzaría hasta para el Nobel de la especialidad, ¿o alguien lo duda?

sábado, 12 de agosto de 2023

Sui géneris botana de hernia

A mediados de 2011 empecé a sospechar que padecía de una hernia en estado avanzado que comenzaba a ser estrangulada por la estructura anatómica que debiera de fijarla, pues si permanecía mucho rato de pie sentía que me iba a desvanecer, al grado de tener que sentarme de inmediato para no correr el riesgo de desmayarme. Con el fin de no errar en el auto diagnóstico quise tener la opinión de algún gastroenterólogo de prestigio que lo confirmara con tan solo auscultar la protuberancia en la parte baja izquierda de mi vientre. Como sabía que el médico leonés José Ángel Córdova Villalobos, secretario de salud de Felipe Calderón en ese entonces, seguía ejerciendo su especialidad los fines de semana en su natal León, presto concerté una cita con él, sólo para confirmar una hernia inguinal ¡bilateral!, esto es, por partida doble: una en cada ingle.

De inmediato Córdova se ofreció a intervenirme, solicitando únicamente que le proporcionara los formularios del seguro de gastos médicos mayores para que él procediera a llenarlos. Como yo ya no contaba con dicho seguro, y ante lo oneroso de la intervención, le mencioné que me abocaría a lo que me solicitaba y le avisaría cuando todo estuviera listo, pero más bien fui en busca de otras alternativas.

Por ese entonces peleaba yo con el IMSS mi pensión de jubilación, ya que en un principio me la quitaron, quesque por haber laborado para mi esposa para restituir mis derechos, y, una vez que me la hubieron restituido, por el monto, pues la calcularon erróneamente, pero seguía manteniendo mis derechos médicos incólumes. Cuando le comenté al director de servicios jurídicos de la delegación en Guanajuato del IMSS -contra quien peleaba en ese momento mis derechos- mi encuentro con Córdova Villalobos, en un arranque de nobleza que lo honraba y que no me esperaba, se ofreció a ayudarme. Le comenté que los tiempos del Seguro eran los del Señor y que quién sabe cuándo me pudieran programar la cirugía doble que yo requería de urgencia. Con toda parsimonia me atajó y preguntó: “¿Cuándo estaría usted dispuesto para la operación? ¿La próxima semana, el lunes, martes…?”. El martes, lo interrumpí antes de que se arrepintiera.

Y así, el martes 12 de julio de 2011 a primera hora, un doctor Magdaleno del hospital Ángeles y su ayudante me sometieron a la “multicirugía” en la Unidad de Medicina Ambulatoria 55, cada cual en “su” ingle, y me colocaron mallas que hasta la fecha.

Después de toda la parafernalia que se acostumbra en estos casos, mi esposa y un servidor fuimos saliendo de ahí como a las dos de la tarde. Como me sentía de maravilla, le propuse a Elena, una vez en el auto, que cruzáramos la calle rumbo a la plaza donde se encuentra nuestro negocio y que comiéramos en el Toks que se halla ahí mismo. Ordenamos unos tacos de cochinita pibil y un par de cervezas, agradeciendo  al cielo que todo hubiera salido a la perfección.

Terminada la degustación, mi mujer se quedó en la tienda y yo tomé un taxi en la calle para que me devolviera a la casa. Todavía bajo los influjos de la anestesia iba yo platicando de lo más animado con el chofer, pero cuando los efectos del somnífero cesaron por completo, recostado en la cama, fui consciente de mi imprudencia e irresponsabilidad al no haberle solicitado a mi querida Elena que me devolviera de inmediato al hogar para que convaleciera.

Las molestias de las heridas eran grandes, pero afortunadamente bastó una noche de buenos analgésicos y mejor dormir para amanecer al día siguiente plenamente renovados.

Lástima que ya no disponga de estas buenas relaciones en el Seguro, que me hubieran ayudado a sortear las emergencias que padecí  hace unas semanas.

miércoles, 9 de agosto de 2023

El Poder

Pareciera como si los primeros 69 años de mi vida no los hubiera pasado yo bajo regímenes autoritarios y hoy, de repente, bajo la férula del orate que nos gobierna, lo descubriera mágicamente. Pero es que antes, o por lo menos desde 1997, podíamos ufanarnos de que habíamos sido capaces de construir contrapesos que limitaran un Poder prácticamente omnímodo, que hoy el Gran Imbécil de Palacio de plano ignora. A él que no le vengan con eso de que la ley es la ley, pues esta se promulgó para violarla, y es lo que mejor hace todos los días, a pesar de las reconvenciones de organismos e instituciones para que no lo haga, contraviniendo el juramento que hizo al principio de su Gobierno de “guardar y hacer guardar la Constitución y las leyes que de ella emanen, y desempeñar leal y patrióticamente el cargo de Presidente de la República que el pueblo me confirió, mirando en todo por el bien y prosperidad de la Unión, y si así no lo hiciere, que la Nación me lo demande”.

En serio, esto fue a lo que el perjuro se comprometió, y nosotros no nos atrevemos a demandarle su incumplimiento.

Porque este idiota ha demostrado palmariamente la magnitud de ese Poder destruyendo, y si no, díganlo el NAIM, el sistema de salud, la distribución de medicamentos, las escuelas de tiempo completo, el pésimo manejo de la pandemia, sus obras de relumbrón, que no son más que dinero echado literalmente al caño, y un largo etcétera que ya ha sido repetido hasta la saciedad cientos de miles de veces por cientos de miles de voces. Y quién ha podido hacer nada o intentado siquiera levantar la voz. Empezando por mí, a pesar de que la ley nos da elementos para defenestrar al zafio, palurdo, necio, botarate aduciendo simple insania mental.

No me cabe duda, este animal ha sido el Presidente de la República más poderoso del último siglo, y vaya que lo ha demostrado destruyendo, destrucción que va a tomarle a México varias generaciones saldar, y eso sólo si conseguimos librarnos de la caterva de parásitos y corruptos que ha prohijado en su entorno.

Vergüenza deberíamos sentir por haber entronizado a este megalómano, pero más por permitir que siga “obrando”.

lunes, 7 de agosto de 2023

Esa patológica inseguridad en mí mismo

Hace casi siete años relaté en este espacio el acto más bochornoso que me haya tocado sufrir en la vida en carne propia (http://blograulgutierrezym.blogspot.com/2016/11/un-correo-providencial.html).

Todavía recuerdo cómo, a principios de los 70, una compañera me arrojó su suéter durante un seminario de tesis en el que participábamos -ella para obtener la maestría y yo la licenciatura- mientras exponía mi tema: “¡Carajo, pinche Raúl, eres patológicamente inseguro!”, me espetó a la cara, delante de los otros tres que participábamos en el ejercicio junto con nuestro común director.

Más de veinte años después la situación no había variado mucho. Yo ya trabajaba para IBM y había sido asignado a los Estados Unidos para laborar en un centro de soporte técnico internacional que se encargaba de mantener al día a ingenieros de sistemas de la empresa en todo el mundo sobre los avances más relevantes en las TIC (tecnologías de la información y comunicación). Estamos hablando de los albores de los 90, y uno de mis deberes como responsable del software de telecomunicaciones más importante de  la empresa consistía en viajar alrededor del mundo una vez al año para actualizar a mis colegas sobre lo que en nuestros laboratorios en Carolina del Norte (Research Triangle Park) se estaba desarrollando. Como tal, ya me había tocado viajar el primer año a Hamburgo, Sao Paulo, Tokio, Singapur y Sídney para “confrontar” a técnicos de toda Europa, Sudamérica, Asia y Oceanía ávidos de saber, con exposiciones en inglés en auditorios atiborrados.

Ya se imaginarán lo que todo esto representaba para un “inseguro patológico” de mi calaña. Quedaba reducido a la más mínima expresión después de los tres días, horario laboral completo, que abarcaba la “conferencia magistral”. Ni los más demandantes maratones exigieron nunca tanto de mí.

El año siguiente, 1991, el tour abarcó Raleigh, NC, donde residía; La Hulpe, Bélgica; Río de Janeiro y, nuevamente, Tokio, Singapur y Sídney. La paleolítica tecnología de la época no daba más que para exponer nuestro tema en esos viejos proyectores de acetatos tan comunes entonces. La etapa final en Australia, cierre de mi encomienda y de los dos años de asignación en Estados Unidos, los sempiternos nervios no me abandonaron hasta que, angustiado hasta el delirio, detuve mi exposición apenas iniciada e inquirí a la audiencia que por favor me confirmara si el proyector estaba vibrando insoportablemente, a lo que todos asintieron al unísono y enfáticamente que así era.

- I’m sorry, I thought it was  me who was trembling (Lo siento, pensé que era yo el que estaba temblando) -me excusé, a lo que siguió una sonora y unánime carcajada, pues era evidente mi extremo nerviosismo, lo que permitió tranquilizarme y terminar felizmente mi proyecto de vida.

Lo de 2016 en la UNAM, cinco lustros más tarde, no fue más que el ocaso del odioso. 

viernes, 4 de agosto de 2023

Seamos realistas y racionales, aunque negativos

A raíz de mi escrito de hace dos días (http://blograulgutierrezym.blogspot.com/2023/08/como-descubri.html), mi amigo y colega José Mario Quintana me envió una simpatiquísima ilustración donde el número imaginario i le pide a π que sea racional mientras que éste le suplica a aquel que sea real. Me explico: del primero se dice que es imaginario o complejo porque es igual a √-1, y del segundo que es irracional porque no se puede expresar como el cociente de dos enteros, pero hete aquí que i y π se confabularon e invitaron a otro irracional, e, y, poniéndose lo más negativo que pudieron, produjeron lo más racional y realista que pudiera haberse pensado, además de simple, positivo y hermoso, ya que

1 = -epi,

aunque usted no lo crea (http://blograulgutierrezym.blogspot.com/2007/11/el-bello-arte-matemtico_9822.html), pues –exp(πi) = -cos(π) – i sen(π) = 1.

Es más, para mí, esta igualdad rivaliza en belleza con la celebérrima E = mc2 de Albert Einstein.

miércoles, 2 de agosto de 2023

Cómo descubrí π

Hay veces que uno no resiste la tentación de plagiarse a sí mismo, pues este escrito lo elaboré hace ocho años y medio, y resulta mucho más entretenido que las finanzas, la economía, los espectáculos de todo tipo y, horror de horrores, la política y la delincuencia, términos estos intercambiables y casi casi sinónimos. Al final, ustedes estarán de acuerdo conmigo y llorarán de la emoción igual que yo lo hice, ya que es difícil encontrar la belleza en estado tan puro. Tercera llamada, tercera, tercera, tercera llamada. ¡Comenzamos!

¿Habrá alguien en su sano juicio capaz de imaginar un “polígono” regular de únicamente dos lados, cada uno de longitud L? Sería algo así como una recta vuelta a trazar sobre sí misma, ¿no es cierto? ¿Y cuál sería la “diagonal” al “interior” de ese “polígono”? Pues no sería otra cosa más que la misma recta de longitud L dibujada por tercera vez sobre las otras dos.

De lo anterior es claro que la relación del “perímetro” de nuestro “polígono” a la “diagonal” sería 2L / L = 2, es decir, existe una relación constante del perímetro a la diagonal, independientemente de la longitud de nuestra recta.

Lo que ya no resulta tan obvio, pero sí igualmente trivial, es descubrir una relación parecida entre el perímetro de un polígono regular de cuatro lados (un cuadrado), de longitud L cada uno, y la diagonal trazada aquí sí en su interior. Dicha relación vendría dada por 4L / √(L**2 + L**2) = 4L / √2L**2 = 4 / √2 = 2√2, si Pitágoras no miente: nunca mejor aplicada la expresión. Como se ve, aquí también se preserva una relación constante entre el perímetro y la diagonal, independientemente del tamaño de nuestro cuadrado o tetrágono. ¡Sorprendente!, ¿no? Por lo menos yo sí me sorprendí y emocioné mucho cuando lo descubrí.

Tal fue mi emoción, que me planteé que lo mismo debería ser cierto para cualquier polígono regular con un número par de lados y la diagonal trazada en su interior entre dos vértices diametralmente opuestos. Fue así como llegué a la siguiente generalización: para todo polígono regular de 2n caras, donde n es un número entero positivo (1, 2, 3,...), existe una relación constante entre su perímetro y su diagonal y nos viene dada por 2*n*cos[90(n-1)/n]. En el caso extremo de un polígono regular de “incontables” lados (n tiende a infinito) dicho polígono se convierte en un círculo y, obviamente, la expresión anterior tiende a π (3.14159...). ¡Maravilloso!

No fue muy difícil llegar a esta constante y demostrarla mediante trigonometría elemental. Desgraciadamente, también descubrí que Arquímedes se me había adelantado unas cuantas semanas en la determinación de π utilizando, igualmente, fórmulas trigonométricas. Fue así como no aspire más al Nobel de matemáticas, que ni existe, ni siquiera a la medalla Fields, otorgada por descubrimientos sobresalientes en matemáticas a individuos no mayores de 40 años, pues yo supero por más de treintaitrés ese límite. Ni modo.

En particular, mi fórmula es cierta para n=2, es decir, para el cuadrado, ya que 2*2*cos[90(2-1)/2] = 2*2*cos(45) = 2*2*√2/2 = 2√2. Y para nuestro absurdo “polígono” de sólo dos lados (n=1, una recta en realidad) aplica la misma fórmula, y así 2*1*cos[90(1-1)/1] = 2*1*cos(0) = 2*1*1 = 2. Ambos casos los dedujimos esquemáticamente al principio de este escrito. Mi fórmula, entonces, podría ser demostrada fácilmente por inducción matemática, pero no los martirizo más, a pesar de que se trata, insisto, de matemáticas elementales.

De estas divagaciones se derivan hechos igualmente sorprendentes. Si, como ya vimos, en el caso del círculo C / d = π, donde C es el perímetro del círculo y d su diagonal, entonces dicho perímetro o circunferencia C es igual a πd o, lo que es lo mismo, 2πr, pues la diagonal corresponde a dos veces el radio. Pero qué tal si cortáramos esa circunferencia en uno de sus puntos y extendiéramos la línea resultante en un plano: obtendríamos una base de longitud 2πr y un enhiesto radio a la mitad de ella. Entonces, por nuestra conocidísima fórmula de primaria “base por altura sobre dos”, obtendríamos 2πr*r / 2 = πr**2, ¡la fórmula del área de un círculo! No paro de emocionarme y de olvidar mis amarguras.

Pero si, además, r fuera igual a 1, esto es, si tuviéramos un círculo unitario, entonces el área de éste sería igual a π, independientemente de su tamaño, pudiendo π referirse a milímetros, centímetros, metros o kilómetros cuadrados. Y de todo esto se derivó un problema que mantuvo absorta a la humanidad por siglos. Bueno, a algunos todavía los mantiene: hallar la cuadratura del círculo, es decir, encontrar un cuadrado cuya área sea igual a π.

Si usted quiere seguir intentándolo, no lo distraigo más, pero le advierto que ya el matemático alemán Ferdinand von Lindemann probó en 1882 la imposibilidad de hacerlo.