martes, 27 de agosto de 2019

El incesto lo explica todo

Cuando primero leí sobre las declaraciones del legislador republicano de los Estados Unidos Steve King en el sentido de que sin incestos y violaciones no habría humanidad (El Universal, 14 de agosto de 2019), como todos, me indigné, pero después de cavilarlo un poco más, me propuse demostrar científicamente su aseveración, por lo menos en lo que se refiere al incesto.

Procedamos ignorando la afirmación del señor King y supongamos que provenimos de sólo relaciones “legítimas”. Así, como todo ser humano en el planeta, tengo, para empezar, 2 padres, pero además ellos proceden de mis 2 x 2= 4 abuelos, quienes a su vez descienden de mis 2 x 2 x 2 = 8 bisabuelos, que son producto de mis 2 x 2 x 2 x 2 = 16 tatarabuelos, y así sucesivamente hasta llegar, por decir algo, a la generación 63 arriba de la mía, es decir, 2**63 =  9,223,372,036,854,775,808 ancestros (sin parentesco alguno entre ellos) sólo a ese nivel, ya que habría que sumarles mis antepasados de los 62 niveles subsecuentes para obtener el gran total de quienes me preceden en mi árbol genealógico hasta 63 generaciones arriba de la mía, esto es, 18,446,744,073,709,551,614 individuos.

Por otro lado, si suponemos una duración promedio por generación de 30 años, estamos hablando de un total 1890 años en 63 generaciones, lo que significa que del año 129 de nuestra era a la actualidad mi árbol genealógico lo componen más de ¡18 trillones de personas! Pero si el número total de habitantes que han poblado la Tierra durante toda la historia de la humanidad es, según los expertos, de alrededor de sólo 108 mil millones, esto quiere decir que yo solito tengo en 1890 años ¡170 millones veces más ancestros que habitantes ha tenido el planeta en toda la historia del género humano!


Como lo anterior es claramente imposible, todo se explica por las relaciones incestuosas -alegadas por Mr. King- que se acostumbraban antaño entre primos hermanos, si no es que hasta entre hermanos, y obviamente entre primos de segundo, tercero, cuarto y más niveles, con ancestros comunes, por no hablar de otro tipo de relaciones francamente inaceptables en todo tiempo y lugar. Es decir, si en la actualidad un matrimonio entre primos hermanos nos parece casi casi contra natura, antes debió haber sido práctica común o lo sigue siendo en algunos pueblos y comunidades. Además, quién le garantiza a una persona en la actualidad que no esté contrayendo nupcias con algún primo, tío o sobrino lejano sin siquiera ella imaginarlo.

Por lo que he sabido del señor King, tiene rasgos de carácter bastante odiosos, pero por lo menos en el caso de los incestos no le falta razón, pues en el de las violaciones no me atrevo a opinar, aunque quizá no ande tampoco muy errado, y si no, recordemos al monstruo austriaco Josef Fritzl, que procreó siete hijos/nietos con su propia hija Elisabeth, a quien mantuvo en cautiverio durante 24 años, desde 1984 hasta 2008, cuando se descubrió el horrendo crimen, siendo Josef un ser despreciable de 74 años y Elisabeth una dama de 35, es decir, su padre, en 1984 de 50, comenzó a abusar de ella desde los 11 años de edad. Pero esa es otra historia… que tal vez no sea única.

Así pues, sin la menor sombra de duda, me declaro el producto indirecto de las relaciones incestuosas (o algo peor) entre mis antepasados. Mucho me temo que el republicano Steve King tenga razón.

Si se me permite aquí una breve digresión, quiero encomiar el fascinante método matemático empleado para probar mi tesis: contradicción o reducción al absurdo, y que consiste en dar por cierta la aseveración contraria a dicha tesis y de ahí, mediante razonamientos lógicos, arribar a ese absurdo que corroboraría la tesis original, como fue claramente el caso, pues para probar que soy producto de relaciones incestuosas, partimos de afirmar que procedo únicamente de relaciones “legítimas” y así llegamos a la aberración de que tengo 170 millones veces más ascendientes que habitantes el planeta en toda la historia de la humanidad, lo que, por absurdo, corrobora mi origen “espurio”.

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