Hace aproximadamente nueve meses escribí yo sobre un hecho brutal ocurrido en la ciudad de León (http://blograulgutierrezym.blogspot.com/2022/10/alla-en-mi-leon-guanajuato-la-vida-no.html) apenas hacía cien días. Pues bien, hoy, 19 de julio de 2023, se cumple un año de tan horrendo crimen y el asesino, plenamente identificado, continúa prófugo de la justicia, sin que ni el fiscal de Guanajuato, Carlos Zamarripa Aguirre, ni el gobernador del estado, Diego Sinhue Rodríguez Vallejo, den la cara para responder a tan flagrante impunidad. Si en ese entonces el fiscal tenía más de una década en el puesto, primero como procurador y en la actualidad como fiscal general, hoy en día debe de estar por cumplir casi una docena de años en la función.
Ahora comprenderán ustedes por qué Guanajuato ocupa el primer lugar nacional en homicidios dolosos en México y los cárteles de todo tipo (huachicol, drogas, extorsión, secuestro) campean por sus anchas en esta región del Bajío. Al gobernador Rodríguez Vallejo parece tenerle muy sin cuidado todo esto y se dedica mejor a promover ilegalmente a su delfina a la gubernatura del estado, a pesar de que estamos a años luz de que se dé el relevo, y el fiscal ni siquiera contesta a los requerimientos formales de la prensa para que informe sobre el odioso crimen cometido hace un año.
Pero, eso sí, cuando el Gran Orate de Palacio los cuestiona por la seguridad en el estado y exige la renuncia del fiscal, incapaz de capturar a un vulgar asesino totalmente identificado, mucho menos de enfrentar a la delincuencia organizada, el Ejecutivo estatal alega, rasgándose las vestiduras, una intromisión inaceptable en la soberanía de la entidad.
¡Justicia para Enrique Sosa, cruelmente inmolado, y que Sinhue y Zamarripa mejor se vayan, ambos!
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