Como sé que todo mundo está ansioso de saber lo que pasó con la denuncia que -junto con PAN, PRD, Samuel García y Jesús Zambrano- interpuse ante el INE contra Andrés Manuel López Obrador, les informo que en los primeros minutos de la tarde de hoy, lunes 5 de julio de 2021, recibí las ¡120 hojas! de la sentencia del TEPJF en contra de éste (ver imagen adjunta).
Es fulminante y no tiene desperdicio, pues concluye con la siguiente flamígera condena (hoja 104): “Ante ello, nuestra Constitución contempla un régimen especial para sancionar al Presidente de la República, el cual únicamente es aplicable en los casos relacionados con ilícitos penales. No obstante, ante la ausencia de una sanción tratándose de infracciones electorales del servidor público indicado, no significa que una conducta o proceder contrario a la Constitución se encuentren permitidos. Lo anterior tiene especial relevancia si se considera la presencia protagónica en el gobierno del Presidente de la República, por lo que tiene un deber especial de cuidar las conductas que realice en el ejercicio de sus funciones.
“En consecuencia, el citado servidor público debe actuar con mesura, conciencia y autocontrol, previamente a emprender cualquier acto, o bien, cuando esté en curso un proceso electoral, en virtud de que está obligado a garantizar los principios constitucionales de imparcialidad, equidad y neutralidad, los cuales protestó hacer cumplir.
“Es por todo lo anterior que se determinó, entre otros aspectos, realizar un llamamiento al presidente y dictar medidas de no repetición con el propósito de que estas conductas no vuelvan a ocurrir.”
Bla, bla, bla… como quien dice: “Síguele, Andresito, y te voy a dar tus nalgadas”.
Por eso este imbécil se siente impune no sólo para violar la Constitución, sino para denostar, insultar y escarnecer as sus “adversarios”, de los que también es presidente, y para poner en riesgo la integridad de los periodistas críticos a él con sus patéticas últimas gracejadas.
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