Ítem más
Primero, lo anecdótico. Hugh Everett y su esposa acordaron llevar un matrimonio abierto, que era lo que mejor se acomodaba a la conducta que aquel había observado siempre, y lo cumplieron. Por otro lado, lo científico. Quizá la existencia de esos múltiples mundos que proponía Everett ( branching ) explique el impresionante avance tecnológico que se ha obtenido con la mecánica cuántica, de una sorprendente exactitud en la predicción de sus resultados, que se manifiesta principalmente en los monstruos computacionales de la actualidad. Si no en otros mundos, ¿dónde más podrían tener lugar esos portentosos e inverosímiles cálculos de las computadoras de hoy? Es difícil entender a cabalidad la esencia de la mecánica cuántica, no así de sus resultados, lo que derivó en la ya clásica expresión entre los físicos de Shut up and calculate! (¡Cállate y calcula!). A las objeciones que algún colega de Everett opuso (“ I don’t branch!” ) a su interpretación de los múltiples mundos (MWI, por sus sig...