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Mostrando entradas de enero, 2008

Suicidio en la torre

Después de frustrantes siete meses de “trabajo” como mando medio en el peor y más indigno ambiente laboral del mundo, la burocracia mexicana, decidí irme con mis niños y mi esposa a recorrer por tren algunas ciudades de Europa. Al final, decidimos extender el viaje a París, donde ya habíamos estado un par de años antes. El niño, de nueve años de edad, conservaba todavía aquella extraña fascinación que desde un principio le causó la torre Eiffel, y de nuevo, como en la primera ocasión, quería ir casi todos los días aunque sólo fuera a contemplarla. Mi estado de ánimo no era el mejor del mundo después de las frustrantes experiencias de traición y deslealtad vividas al “servicio del Estado”, pero París había ayudado a paliarlo. Sin embargo, ya en la torre, después de haber caminado las riberas del Sena, sentí un impulso irrefrenable de treparme al pedestal sobre el que se asienta una de las patas de la mole de acero, lo cual conseguí con facilidad ayudado por la conformación rugosa de la ...

Teorema de los números primos

Parece increíble que una expresión matemática tan simple como el cociente x/log x tenga una estrecha relación con algo tan aparentemente aleatorio como los números primos, tan aleatorios que, dicen, estos circunspectos guarismos –auténticos átomos del universo matemático- son utilizados por los complejos algoritmos criptográficos que protegen las transacciones financieras. Sin embargo, ¿es realmente tan aleatoria la distribución de los números primos como para que un ente tan indefenso como el descrito se atreva a desafiarla? En efecto, a principios del siglo pasado, dos distinguidos científicos en la teoría de números demostraron, cada cual por su lado, que la expresión x/log x tiende a la cantidad “total” de primos cuando x tiende a infinito. Lo que estos matemáticos probaron en realidad es que la función Li(x) –una “mejor” aproximación que x/log x -, que se define como la integral de 2 a x de dt/log t , tiende al número de primos cuando x tiende a infinito. Todos estos hecho...

Felipe Calderón, Presidente de México, tuerce la ley

La animadversión por el espurio nombramiento de Juan Camilo Mouriño Terrazo como “ministro de Interior” (secretario de Gobernación) del Estado mexicano no es xenofobia, es simple y llanamente porque Calderón está violando la ley, lo que no resulta novedoso en su Administración, pues apenas en abril de 2007 denuncié ante la Secretaría de la Función Pública otro nombramiento igual de singular: el de Purifucación Carpinteyro Calderón. Lo hice en los siguientes términos (ver Proceso , 1592, 6 de mayo de 2007): “El nombramiento de Purificación Carpinteyro Calderón como nueva directora general del Servicio Postal Mexicano (Sepomex), en sustitución del memorable y longevo Gonzalo Alarcón Osorio, estuvo en entredicho durante varios días en virtud del artículo 21 de la ley federal de las entidades paraestatales, fracción I, que a la letra dice que el director general debe “ser ciudadano mexicano por nacimiento que no adquiera otra nacionalidad y estar en pleno goce y ejercicio de sus derechos c...

Inveterada corrupción mexicana

El 8 de junio de 2006 inicié un largo proceso que aún no culmina ( creo ) y que me ha permitido comprobar, por si alguna falta hiciera, lo muy arraigado que está en el alma nacional ese cáncer social llamado corrupción, y que muy a menudo me lleva a sentir vergüenza de pertenecer a una sociedad como ésta. Tal vez se me pregunte qué he hecho yo por remediar este mal, a lo que respondería que mucho, comenzando por mi conducta personal y por los valores que he sabido inculcar en mis hijos, y siguiendo por las denuncias públicas que por más de 30 años he acostumbrado plantear en los medios de comunicación o ante autoridades públicas y privadas. Pero, sin duda, la que abrí en esa fecha sea quizá la más frustrante. Todo comenzó a raíz del escándalo que con motivo de las elecciones presidenciales se desató con la acusación que hizo uno de los candidatos de los turbios negocios del cuñado del actual Presidente de México, Felipe Calderón Hinojosa. En un debate público y televisado, Andrés Manue...

Día de los inocentes

León, Gto., México, jueves 17 de enero de 2008 Sr. Director: Al leer la primera plana de Reforma del miércoles 16 de enero, en un primer momento pensé que los editores del periódico habían confundido la fecha y la página, pues la noticia de que el español Mouriño llegaba a Gobernación parecía una típica vacilada de las que ustedes suelen incluir en la última página de la primera sección el día de los inocentes. Aún no salgo de mi atolondramiento. Da la impresión de que los recursos humanos con los que cuenta el Presidente son tan escasos que éste no tuvo más remedio que echar mano de alguien cuyo nombramiento no puede ser más polémico, ahora y en un futuro no tan lejano. Si en el fut nunca he estado de acuerdo en que se recurra a “extranjeros” habiendo tantísimos mexicanos capaces, imagínese mi indignación en un puesto tan delicado como lo es el de ministro de Interior (dirían los compatriotas de Juan Camilo).

Beber la cicuta

“... el servidor de los Once (magistrados encargados de la policía de las prisiones y de hacer ejecutar la sentencia de los jueces) entró casi en aquel momento y aproximándose a él, dijo: Sócrates, no tengo que dirigirte la misma reprensión que a los demás que han estado en tu caso. Desde que vengo a advertirles, por orden de los magistrados, que es preciso beber el veneno, se alborotan contra mí y me maldicen; pero respecto a ti, desde que estás aquí, siempre me has parecido el más firme, el más dulce y el mejor de cuantos han estado en prisión; y estoy bien seguro de que en este momento no estás enfadado conmigo y que sólo lo estarás con los que son la causa de tu desgracia, y a quienes tú conoces bien. Ahora, Sócrates, sabes lo que vengo a anunciarte; recibe mi saludo y trata de soportar con resignación lo que es inevitable. Dicho esto, volvió la espalda, y se retiró derramando lágrimas. Sócrates, mirándole, le dijo: Y también yo te saludo, amigo mío, y haré lo que me dices. Ved –no...

Harvard's manners

I remember I read once in the local newspaper of Raleigh, N.C., The News & Observer , about somebody who was lost in the Harvard University’s campus looking for the library. After some minutes of fruitless search, he decided to stop his car and asked somebody walking outside: - Excuse me, would you please tell me where the library is located at? The astonished pedestrian reacted with surprise and anger to this question: - Excuse me you, sir, I don’t understand; here, in Harvard, we never end a sentence with a preposition. - Oh!, I’m very sorry, would you please tell me where the library is located at, son of a bitch?

Relativa facilidad, absoluta belleza

Apenas el verano pasado leí la traducción al español del maravilloso libro de Walter C. Mih The fascinating Life and Theory of Albert Einstein / With a Foreward by Bernard Einstein . Me entusiasmó tanto su simplicidad que lo releí esta semana para intentar transmitir este gozo a mis lectores. Hace un par de años intenté penetrar la teoría del genio alemán mediante el libro Relativity / The Special and the General Theory, a Popular Exposition by Albert Einstein . Lo leí, también, dos veces, con un intervalo entre ambas de un año. Aunque por desgracia no pude conseguir la versión en español, sinceramente no creo que haya sido el idioma el que me impidió entender cabalmente esta “clara explicación que cualquiera puede entender”, según reza la cubierta del magnífico libro. Es probable que haya entendido la famosa teoría de Einstein en un cincuenta por ciento, aun siendo actuario y habiendo estado muy interesado en la Hipótesis de Riemann durante estos últimos años. Ocurrió todo lo contrari...

Ciencia no-ficción

En una ocasión, cuando trabajaba para IBM de México, el calendario trajo un puente laaargo-laaargo que comenzó el martes 14 de septiembre en la noche y terminó el lunes 20 del mismo mes en la mañana. Eran épocas que los grandes clientes aprovechaban para dar mantenimiento a sus monstruosos equipos o bien para la instalación de complicados sistemas. Este último fue el caso de una importante compañía de seguros, líder en su ramo. Pues bien, el lunes del que hablo llegué temprano a la oficina y había una situación de emergencia bastante seria en dicha compañía, pues los americanos -de otra compañía- que habían venido ex profeso a la ciudad de México a instalar el complejo sistema prácticamente se quedaron paralizados desde el miércoles 15, pues la máquina se detenía abruptamente al arrancar el subsistema bajo el que corría su fementida aplicación. Los departamentos de hardware y software de IBM habían desfilado en su totalidad durante el largo puente sin mayores resultados: la maquinot...

Cómo "gané" el maratón de Boston

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Ya tuve oportunidad de relatar con anterioridad mi participación, en 1985, en el maratón de Nueva York, precedida ésta por las que tuve en las primeras dos versiones del maratón de la ciudad de México, en 1983 y 1984. Pues bien, aunque en el primero de éstos e inicial de mi trayectoria hice un papel decoroso con un tiempo de cuatro horas y un minuto, el segundo constituyó un desastre, no sólo porque lo corrí prácticamente sin ninguna preparación previa, como medianamente lo había hecho con el primero, sino por la humillación de que fui objeto por parte de una gacela que, según yo, constituiría el impulso que necesitaba para cruzar la meta. Me explico. Años antes había conocido por intermediación de un amigo a una bella corredora chilena, que resultó ser hermana de la famosa baladista Anamía, hermosa también aunque no tanto como aquélla. Para quienes vivieron la época, ya imaginaran el portento de mujer al que me refiero. No la vi más que unas pocas veces en el lago mayor de la segunda ...