Hace algunos años, antes incluso de que la actual tiranía autocrática que nos gobierna hiciera su aparición, una conocida mía solicitó un crédito en Adex (Adelanto Express, Sociedad Financiera de Objeto Múltiple, E.N.R.) y me puso a mí como referencia, ni siquiera como aval. Sin embargo, al quedar el crédito insoluto y mi conocida desvanecerse, estos buitres comenzaron a hostigarme desde hace varias semanas como si fuera yo el deudor, al grado de marcar continuamente mi número telefónico exigiendo el pago de ¡180 mil pesos!
No hizo falta más para que montara yo en la proverbial cólera que me caracteriza y de inmediato acudiera a la FGR, a la Profeco y a la Condusef. De la fiscalía me respondieron que acudiera yo a la FGJE, su contraparte en el estado de Guanajuato, en la Profeco fueron rechazados mis correos por deficiencias en su servidor y en la Condusef me solicitaron ingresar mi queja en una página filial de dicha comisión: Redeco, Registro de Despachos de Cobranza. Pues bien, en el primer caso, solicité al gobernador de Guanajuato que, respetando la autonomía de la fiscalía estatal, me hiciera el paro con el fiscal general para que me atendieran. Así ocurrió, pero aún sigo esperando una respuesta. Mientras tanto, reporté el número de donde me llaman como de extorsión en la red e hice otro tanto en Atención Ciudadana de la Guardia Nacional. También, sigo esperando.
La impertinencia de Adex alcanzó su clímax el viernes 12 de febrero en que me hicieron doce llamadas en un lapso de 18 minutos, lo que me llevó el sábado 13 a levantar las denuncias antedichas. La última fue en la Condusef (Redeco) mediante una página de fácil seguimiento en Internet y se me asignó un número de folio con el que yo podría estar consultando el estatus de mi denuncia, que debiera resolverse no más allá del ¡29 de marzo!, además de enviárseme un oficio perfectamente elaborado con todos los detalles de la misma.
Ayer, lunes 15, se pusieron en contacto conmigo tanto de la gubernatura como de la fiscalía del estado y de la Guardia Nacional, pero sólo eso, no ha ocurrido más nada. Ustedes han de pensar: qué desesperado, apenas es martes 16. Sin embargo, cuando ingresé a la página del Redeco con mi número de folio, nombre y correo electrónico, ¡el problema ya estaba resuelto! En el sitio se incluye una respetuosa carta de Adex dirigida a mí donde me indican que mi número telefónico ha sido borrado de sus registros y que nunca jamás se me volverá a molestar en la vida.
Lo anterior me llevó a cavilar si no será una mala broma aquel planteamiento idiota de querer desaparecer los organismos públicos autónomos, desconcentrados y descentralizados, ya que de estos últimos, de los descentralizados, forma parte la Condusef, Comisión Nacional para la protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros. Miren que para resolver un problema tan irritante en prácticamente menos de 24 horas -de sábado en la noche a martes en la mañana-, cuando ellos se habían cubierto con 30 días hábiles, se necesitan ovarios o huevos muy bien puestos. Hoy, finalmente, fue un día libre de acosos telefónicos, lo cual es de agradecerse, y mucho.
Mis respetos de siempre para la Condusef, pues no es la primera vez que acude en mi auxilio cuando más la necesito.
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