¡Te huele el sope!
En junio de 1992, cuando Caro recién había cumplido un año de edad, fui enviado por IBM a su laboratorio en La Gaude, Francia, justo en medio y a tiro de piedra de Vance y Niza, en la Costa Azul francesa. Al principio, quien sería mi jefe ahí, un inglés, Ronald Davis, quería que fuera solo, pero como mi estancia sería de tres meses en dicho laboratorio y tres semanas adicionales en un curso de consultoría en La Hulpe, Bélgica, muy cerca de Bruselas, me negué en redondo y exigí ir con mi familia, entonces conformada solamente por la susodicha Carolina y Elena. Recuerdo que le dio mucha risa a Ronald cuando le dije que entendía yo que lo que se me ofrecía era un trabajo, no un secuestro. Nos consiguieron, para vivir, la planta baja de una mansión con todo y alberca, y ahí mismo residían los dueños, en la planta alta, con absoluta independencia de nosotros y una vista maravillosa del pueblito de Vance. En el ínter, se cruzaron las olimpiadas de Barcelona y solicité que se me concedier...