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Mostrando entradas de septiembre, 2022

Trotski

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Con frecuencia me ocurre que cuando escucho el nombre de un personaje histórico, ignorante como soy, me pegunte yo qué sé realmente del aludido. Me ocurrió ahora con Leiv Davídovich Trotski. Fuera de ser un revolucionario enemigo acérrimo de Stalin, exiliado en México y muerto con un piolet por el republicano español Ramón Mercader en Coyoacán, ignoraba yo prácticamente todo, hasta que me hice con el libro El hombre que amaba a los perros (Tusquets, 2013), de Leonardo Padura. ¡Extraordinario! Se trata de la novela de una novela narrada en primera persona por un autor apócrifo y omnisciente, Iván Cárdenas Maturell, y dada a conocer al mundo por su amigo íntimo, también apócrifo, Daniel Fonseca, quien lo explica así en el capítulo final del libro, intitulado Réquiem. Iván es un escritor frustrado que nunca acaba de dar forma a su obra magna, lo que lo lleva a describirse a sí mismo no como un perdedor, sino como un derrotado (me fascinó la sentencia). Sin embargo, tiene la fortuna d...

Probabilidades telúricas

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A raíz del sismo de este lunes 19 de septiembre de 2022 en la Ciudad de México, surgieron las especulaciones de cuál era la probabilidad de que así ocurriera dados los antecedentes de terremotos similares en la misma fecha los años 1985 y 2017. En primer lugar, si suponemos que necesariamente habrá un temblor de gran intensidad durante el año, la probabilidad de que ocurra en un determinado día es, obviamente, 1/365 = 0.00273973. Consecuentemente, la probabilidad de ocurrencia de un movimiento telúrico de esta índole en una fecha específica pero de años distintos es (1/365) x (1/365) = 1/133,225 = 0.00000751, así que la probabilidad de ocurrencia del sismo que se acaba de experimentar era de únicamente (1/365) x (1/365) x (1/365) = 1/48,627,125 = 0.00000002, prácticamente “imposible”). Pero además, en realidad este tipo de movimientos no se presenta todos los años, sino exclusivamente tres veces (1985, 2017 y 2022) en 37 años, es decir, 3/37 = 0.081081, por lo que la última probabi...

Vamos a leer

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Suelo reseñar libros que leo en escritos como éste, sin embargo, yo siento que no son del interés de las mayorías porque tal vez ni a mí me guste el género, pero más que nada creo que al lector de mis opúsculos de entrada no le atraigan porque da por descontado que no tendrá el tiempo requerido para embarcarse en una lectura prolongada del libro que refiero, de aquí los proverbiales bajos índices de lectura del mexicano. Yo mismo me reconozco como un lector tardío, pues no leí mi primer libro, Navidad en las montañas , de Ignacio M. Altamirano, sino hasta bien entrada mi adolescencia, y eso, obligado por mi maestro de segundo de secundaria, siendo ya un lagartón de catorce años de edad. El segundo, La Gaviota , de Fernán Caballero (seudónimo de Cecilia Böhl de Faber), también por obligación de nuestro maestro de literatura al año siguiente. No entendía yo cómo siendo algo tan divertido, apenas alcanzaba dos libros a edad tan avanzada. El juego y el estudio me mantuvieron en este tenor,...

Prisión definitiva justificada

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Con la discusión bizantina que se traen en la Corte sobre la constitucionalidad de la Constitución (prisión preventiva oficiosa -PPO- contra derechos humanos), me puse yo a pensar en la prisión definitiva justificada, y no sé por qué se me vino a la cabeza la Línea 12 del metro. El lunes 3 de mayo de 2021 se colapsó la Línea 12 del metro de la Ciudad de México provocando la muerte de 26 personas y lesionando a otras 98, y fuera de algún chivo expiatorio menor, los cuatro principales responsables de la tragedia, conocidos por todos, no sólo no están en prisión definitiva justificada, sino que gozan de absoluta libertad política, económica y social. Me refiero a los criminales (cómo me gustaría llamarlos confesos) Marcelo Ebrard Casaubón, Carlos Slim Helú, Miguel Ángel Mancera Espinosa y Claudia Sheinbaum Pardo, citados en estricto orden de aparición: los dos primeros por la construcción y los dos últimos por el mantenimiento. Pobre país este que en vez de estar luchando denodadamente po...

La mujer de mis sueños

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Entré al bar de luz mortecina y me acomodé en la barra, a la que ya se encontraba sentada también una hermosísima muchacha de cabello un tanto enmarañado, casi rubio, ojos claros, piel dorada -como la de la chica de Ipanema-, un mechón sobre su sien derecha y una sonrisa un tanto displicente, pero sonrisa al fin, y dirigida hacia mí. Vestía de negro, con un atuendo sin mangas que resaltaba el encantador tono de su tez. ¡Inquietante la chica! Animado por su gesto, me aproximé audazmente a ella y sentí una descarga eléctrica cuando mi mano rozó accidentalmente su brazo, pero ella no lo retiró, sino que quiso, provocadoramente, continuar el juego. Mi mano se aventuró a acariciarla tiernamente, cuando de repente apareció un hombre que, tomándole la mano derecha, le colocó una esclavina de oro puro en la muñeca del mismo lado, con una inscripción en su brillante placa que desgraciadamente yo no logré descifrar por más que me esforcé. Así como apareció, el hombre se marchó de inmediato, ...

¡Feliz cumpleaños!

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Una vez tomada la decisión, su humor cambió radicalmente y quiso celebrar su cumpleaños en todo lo alto. Para ello, invitó a todos sus amigos y conocidos de dentro y de fuera, quienes no se pudieron negar ante tan convincente determinación. Literalmente estaba decidido a echar la casa por la ventana en su septuagésimo tercer aniversario, todavía dueño de una lucidez excepcional, autonomía y envidiable salud, pero, eso sí, harto de la existencia y del envilecido mundo que le estaba tocando vivir. Por eso ideó lo de la fiesta y se encargó personalmente de todos los detalles, desde las viandas hasta la música -¡háganme el favor, música para él, el ser más adusto que se pudiera conocer!, quizá fuera por lo que afirmaba un antiguo ejecutivo argentino de IBM: que el tango y las rancheras expresan exactamente los mismos dramas, pero que mientras los argentinos lloran con el tango, los mexicanos gozan con las rancheras-, y dispuso su propia casa para tan significativo acontecimiento. Llegado e...