La mala fe del SAT
A causa de mi suicido, doy cabida en este espacio a la justa indignación de mi viuda, Aurora Elena Zepeda Ángeles: El 4 de mayo de 2009 presenté la declaración anual del ejercicio fiscal 2008 de mi negocio aprovechando la extensión del plazo que otorgó el Servicio de Administración Tributaria (SAT) debido a la emergencia sanitaria. Casi un mes después, el 1 de junio, recibí una primera notificación del referido organismo requiriendo información adicional, con el mismo pretexto que se había hecho un año antes, lo que ayuda al inicio de la cólera del contribuyente. El 23 de junio de 2009 volví a meter mis papeles mediante el formato 32. Así transcurrieron otros dos largos meses hasta que el 26 de agosto, ya fuera de todo plazo legal para que el SAT pudiera reclamarme nada, recibí una segunda notificación con un segundo y por demás necio requerimiento, totalmente distinto del primero, solicitando información de lo más variada y absurda. Y todo esto por reclamar la ridícula devolución de 3...