Mi estrecha relación con Henry Kissinger
Mi padre no siempre estuvo postrado en cama, como lo hizo por casi nueve años, desde el miércoles 10 de febrero de 1999 hasta que falleció, el sábado 20 de octubre de 2007, cuadrapléjico, “gracias” a la intervención quirúrgica de un médico inescrupuloso e incompetente que le aseguró que al día siguiente de la operación estaría caminando, pero ya sin los insoportables dolores que le provocaba la compresión cervical que desde tiempo atrás padecía. El dolor desapareció, sí, pero a cambio de la parálisis generalizada de su cuerpo. No, de ninguna manera estuvo siempre así. Desde la década de los 40 del siglo pasado había sido guía de turistas. Hablaba el inglés a la perfección por haber vivido en Estados Unidos toda su infancia, de tal forma que no representaba para él ningún problema transportar a los turistas en su propio vehículo y llevarlos a conocer las ciudades más importantes del país y sus lugares históricos de mayor interés. Cansado, después de más de 25 años en esa actividad, en ...