Decepción (mea culpa)
Resulta imposible no incurrir en argumentos ad hominem tratándose de López Obrador, pero es obvio que su ignorancia, su deficiente formación académica y profesional, su falta de roce internacional al grado de no hablar otro idioma que el propio, el cual con dificultades balbucea, lo han llevado a tomar decisiones, ¡sin ser aún presidente!, como la cancelación del proyecto de Texcoco y la reforma educativa, la “suspensión” de la reforma energética, la dilución del Estado Mayor Presidencial, la reducción de salarios de la alta burocracia, con los riesgos que ello conlleva, la mudanza de las secretarías de estado y el costo exorbitante en recursos materiales y humanos que esto representa, la venta del avión presidencial, más lo que se acumule durante todo un sexenio que se antoja por demás ominoso aun antes de empezar. Era imposible seguir con el antiguo régimen del PRIAN, que no representaba ninguna alternativa decente a este “peligro para México”. Simplemente los niveles de corrupció...