martes, 10 de enero de 2023

Natural Intelligence vs. ChatGPT

Recién terminé la lectura de la novela La guerra del fin del mundo, de Mario Vargas Llosa, y me disponía a incluir aquí la reseña correspondiente utilizando el celebérrimo chatbot ChatGPT de OpenAI  (inteligencia artificial) lanzado al público apenas en noviembre pasado. De esta suerte obtendría yo un texto original sin devanarme los sesos y sin necesidad de dar crédito a nadie, evitando así las vergüenzas que vivió una respetable magistrada de la Corte de cuyo nombre no quiero acordarme.

Lo único que mi limitado intelecto podría decir de una de las obras maestras de don Mario es que se trata de una historia que transcurre en el Brasil de bien entrada la segunda mitad del siglo XIX que relata la guerra entre el poderoso ejército republicano de aquella época y nación en contra de un grupo grande de bravos desharrapados que ha ido reclutando un iluminado, el Consejero, haciendo que abandonen sus miserables vidas hasta entonces vividas (asesinos, pobres, ladrones, contrahechos, mujeres solitarias, huérfanos) y se unan al movimiento fanático-religioso que él comanda espiritualmente. Logra también convencer a prósperos comerciantes, como los hermanos Antonio y Honorio Vilanova, y sus correspondientes esposas, Antonia y Asunción Sardelinha, cuya inteligencia ayuda para hacer la guerra al enemigo e infligir al ejército múltiples y dolorosas derrotas.

Todo lo anterior transcurre también entre agrias disputas partidistas de dos grupos políticos, el Republicano y el Autonomista, que nada tienen que ver con el gobierno y que antes bien le disputan el Poder. Por su parte, el ejército acusa a la plebe de querer reinstaurar la monarquía, uno de cuyos representantes, dice, es el escocés Galileo Gall.

En medio de este maremágnum se van tejiendo historias entrañables -personales y comunitarias- teniendo siempre como fondo único la guerra entre el ejército y la inmensa masa de desheredados que aquel intenta controlar, diezmar y aniquilar. Es el caso de Jurema, casada con el pistero Rufino, cuya ausencia aprovecha Gall para violarla, sin realmente proponérselo, pero llevado por las circunstancias cuando unos enviados intentan asesinarlo. Muertos ambos, el esposo y el violador, uno a manos del otro y viceversa, Jurema rechaza las propuestas matrimoniales de uno de los rebeldes más temibles, Pajeú, y prefiere llevar una vida sin más sobresaltos que los de la guerra al lado de un insignificante corresponsal miope de guerra y un enano de un extinto circo itinerante de pueblo, que la ven como una madre y ella como sus hijos.

Fuera de eso, algunas de las trágicas escenas de guerra son conmovedoramente desgarradoras, y la lectura atrapa al lector en innumerables pasajes del relato, aunque en otros resulta prolijo en personajes y lugares que confunden y que no añaden mucho a la trama. El sitio icónico donde transcurre toda la historia es Canudos. La obra, una maravilla.

Veamos ahora lo que me dijo ChatGPT cuando le pedí una reseña del libro:

"La guerra del fin del mundo" es una novela histórica escrita por Mario Vargas Llosa en 1981. La historia se desarrolla en el Brasil del siglo XIX y sigue la vida de un líder religioso llamado Antonio Conselheiro y sus seguidores, conocidos como "Los Conselheiristas", en el estado de Bahía. La trama principal gira en torno a una guerra entre las fuerzas del gobierno y los Conselheiristas, que son vistos como una amenaza a la estabilidad del país.

La novela se caracteriza por una gran profundidad histórica y su estilo de narración es muy detallado, lo que permite al lector una gran comprensión de los hechos y de los personajes. Vargas Llosa es capaz de plasmar con gran precisión y realismo las costumbres, las creencias y las vivencias de los personajes y su contexto histórico.

El libro también es una crítica a la religión, la política y la moralidad de la época, y cómo estos elementos interactúan entre sí. Es una obra de gran intensidad y al mismo tiempo, complejidad literaria, que sin duda puede ser considerado como una de las mejores novelas de Vargas Llosa.

En resumen "La guerra del fin del mundo" es una novela histórica magistralmente escrita, que cuenta con una gran precisión histórica, una prosa detallada y poética, una gran variedad de personajes interesantes, y una trama fascinante y emotiva. Sin duda es una obra maestra de la literatura Latina Americana y uno de los mejores libros de Mario Vargas Llosa.

Esta mañana que lo intenté por primera vez, el resultado fue un verdadero desastre: hablaba de una guerra entre Paraguay y Bolivia en 1930 y una serie de disparates por el estilo. Lamentablemente no lo copié y pegué, pero de un rato, en que el sistema estuvo en mantenimiento, a ahorita, el resultado es asombroso, como ustedes lo habrán notado. Y todo, en el lenguaje de uno.

Ustedes tienen la última palabra.

lunes, 2 de enero de 2023

Falta que la echen y la degraden

Da pena decirlo, duele escribirlo; pero la corrupción ha perturbado los tres Poderes sobre los cuales pesa la responsabilidad constitucional de dirigir la buena marcha de la Nación Mexicana.

Édgar Ulises Báez Gutiérrez (Tesis profesional, capítulo V –único no plagiado- , p. 206)

El martes 27 de diciembre de 2022 escribí: http://blograulgutierrezym.blogspot.com/2022/12/yaesmia-esquiva-morosa.html, escrito que  por cierto también envié el día 30 a los once ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Yasmín incluida, con una atenta solicitud de acuse de recibo. Seis de ellos amablemente respondieron: Arturo Zaldívar Lelo de Larrea -ex Presidente-, Alberto Pérez Dayán, Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, ¡Yasmín Esquivel Mossa!, Jorge Mario Pardo Rebolledo y Ana Margarita Ríos Farjat, en ese orden;  los tres segundos, junto con Javier Laynez Potisek y Norma Lucía Piña Hernández, fueron candidatos a presidir nuestro máximo tribunal por cuatro años a partir de este enero en sustitución del primero, con el resultado que todos conocemos. Los dos últimos mencionados y los tres restantes que conforman el tribunal prefirieron hacer mutis. No importa, pues me leyeron.

A propósito, navegando por la página de la SCJN, me enteré de algo que no imaginaba: la Ponencia de la ministra Esquivel Mossa enlista a 74 chalanes con nombres y apellidos entre asistentes, secretarios, auxiliares, asesores, profesionales, técnicos, oficiales y demás, y los otros diez tribunos no cantan mal las rancheras, aunque, curiosamente, ella es con mucho la que más tiene. Entre todos los ministros suman 595, para un promedio de 54 ayudantes por magistrado. ¿Se imaginan lo que toda esta ralea, togados incluidos, representa para el erario?

Espero haber contribuido con mi granito de arena a que la tramposa Yasmín no cumpliera sus espurios anhelos de presidir uno de los tres Poderes del Estado mexicano, y sus pares se decidieran por escoger a la primera mujer en el cargo en la historia de la SCJN: Norma Lucía Piña Hernández.

Pero aún falta que, por vergüenza, los mismos que votaron por Piña defenestren de la Corte a la impostora Yasmín, y que la UNAM concluya sus investigaciones y, literalmente, la degrade. Mínimo, pues la acción penal parece haber prescrito.