Decencia obliga
Ayer que salía en reversa de Farmacias Guadalajara -torpe que me he vuelto-, no me percaté de que había un auto estacionado junto a la banqueta detrás de mí y me estampé contra él. De inmediato me apeé del mío y vi que el otro vehículo estaba abollado, no así el mío, cuya facia trasera únicamente se desensambló ligeramente. De vuelta al volante, le solicité a mi esposa, que me acompañaba, que me facilitara un papel para dejar un mensaje en el limpiaparabrisas del conductor del otro coche, solicitándole de favor que se comunicara conmigo y el número telefónico (fijo) de mi domicilio al que podría hacerlo. Hoy en la tarde me llamó una dama atendiendo mi petición y le relaté los pormenores de lo que había sucedido, indicándome que el automóvil era de su marido porque el suyo estaba en el taller, pero que iría a ver y me llamaba de nuevo. Así lo hizo y me confirmó lo del golpe, inquiriéndome si estaba yo asegurado. Le respondí que sí, que no se preocupara y que me dijera la mejor forma ...