Entradas

Mostrando entradas de 2014

Schopenhauer, filósofo maldito

Imagen
Thomas Mann   reavivó mi interés por el filósofo, coterráneo suyo, Arthur Schopenhauer. En el tramo final de Los Buddenbrook (Edhasa, agosto de 2008),   el personaje central y álter ego de Mann, Thomas Buddenbrook, entra en profundas cavilaciones que lo llevan al éxtasis a raíz del encuentro casual y lectura de un mal cuidado libro de metafísica, que no es otro que la magna obra de aquél El mundo como voluntad y representación . El estado de ánimo de Buddenbrook, en esa etapa de su vida narrada en la novela, era el propicio para llegar a ese éxtasis: a pesar de sus denodados esfuerzos y duro trabajo de toda la vida por conservar el estatus de privilegio de su familia, que venía desde su abuelo y tal vez antes, ésta ha declinado irremisiblemente, y la debilidad y fragilidad de su hijo único, Hanno, aún menor de edad, le han hecho perder totalmente la esperanza de que éste pudiera rescatar nada. Buddenbrook, escribe Mann, devoraba el libro de Schopenhauer, entendiendo algunas...

Dostoievski bien vale una vida

“Dostoievski era vanidoso, envidioso, suspicaz, rastrero, egoísta, jactancioso, informal, desconsiderado, mezquino e intolerante”, dice el novelista y dramaturgo inglés William Somerset Maugham en un escrito -más bien libelo- utilizado por la Editorial Porrúa como introducción a la novela Los demonios , del celebérrimo autor ruso (colección Sepan cuántos, 2009). Agrega que el conjunto de personajes de sus obras “es una pandilla terrible”, para finalmente conceder “pero son extraordinariamente interesantes. En ellos palpita la vida.” Existe, sin embargo, una biografía de Dostoievski de más de tres mil páginas en cinco volúmenes, publicada entre 1976 y 2002, y escrita por el eminente académico norteamericano Joseph Frank (1918-2012), en donde se describe de manera más objetiva la vida de Fiódor Mijaílovich, aunque quizá pecando un tanto del vicio opuesto al de Somerset Maugham, como la de magnánimamente restar importancia a la proverbial afición   de Dostoievski por el juego, por e...