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Mostrando entradas de mayo, 2009

La odisea de leer a Joyce

Leer Retrato del artista adolescente , de James Joyce, resultó un verdadero placer. Como todo mundo sabe, esta novela relata las andanzas del joven Stephen Dedalus, alter ego del autor. Posteriormente, cuando se cumplieron 100 años del famoso Bloom’s day en 2004 (un siglo completo había transcurrido desde aquel 16 de junio de 1904 en que se ubican las aventuras del héroe de la novela Ulises , Leopold Bloom, del propio Joyce), adquirí, para conmemorarlo, el libro en traducción de J. Salas Subirat, editorial Colofón, 2001. Esta novela es en cierta medida la continuación del Retrato , pues Stephen Dedalus, sin ser el personaje principal, aparece como el hijo no consustancial de Bloom, y éste se preocupa por él como si realmente fuera su padre biológico, quizá por haber perdido al suyo propio, Rudolph, a los once días de nacido. Pues bien, el libro de marras resultó para mí un verdadero tormento. Con grandes dificultades y frustración inicié su lectura para abandonarla a los pocos días to...

Benedicto XVI no usa condón

No podría estar más de acuerdo con Su Santidad. Me explico. Soy un viejo verde de casi 60 años (los cumplo en octubre), casado con una hermosa hembra de 43 (cumple 44 el mes que entra). El problema es que mientras yo únicamente me conformo ya con imaginar desenfrenadas escenas eróticas, ella quiere acción. Nuestro solo método de control de natalidad a lo largo de 20 años han sido los condones. Huelga decir que incontables veces nos hemos visto enfrentados a la desagradable “sorpresa” de que el látex se rompió. En los últimos tiempos es ya la tercera ocasión en que nos vemos obligados a utilizar la píldora “del día siguiente”. Sin embargo, la última vez, ésta resultó infructuosa, o más bien debiera decir todo lo contrario, pues mi mujer lleva ya más de mes y medio sin regla. Me parece extraño ya que mis potencialidades no son precisamente las de un semental. A no ser que ella me esté ocultando algo, como algunas veces ha hecho conmigo mismo al obligarme a complacerla en la pequeña bodeg...