Un correo ¿providencial?
De unos años a la fecha mi vida se ha vuelto monótona y aburrida, con todos los males que esto lleva aparejado. A tal punto llegó la situación, que anhelaba yo el arribo de un hecho fortuito que me viniera a sacar del marasmo, un correo electrónico, me decía yo, que me cimbre y me haga reaccionar. Y el correo llegó. Hace cinco años, cuando ayudaba a mi hijo a encontrar una opción de educación superior, nuestra primera escala fue la UNAM campus León (Escuela Nacional de Estudios Superiores, ENES). En aquella ocasión, aproveché la oportunidad para entregar a las autoridades de la escuela mi propio currículo para sondear la posibilidad de dar clases en el área de mi especialidad (matemáticas, pues soy actuario). Poco después, tanto mi hijo como yo nos olvidamos del asunto, ya que él se decidió por la Universidad De La Salle Bajío y a mí no se me dio más pensar sobre el particular. Pues bien, cinco años después, mi hijo se graduó y yo recibía el añorado correo donde l...